Lavanda II ( y se arreglo el servidor )
….Siempre agradecía la sinceridad a las horas que estaba a punto de anochecer, y al fin y al cabo un no sabe si se levantara al día siguiente .
Otras veces uno se levanta árido y con la piel reseca en la que uno se podía tatuar el nombre de los animales más exóticos y una sed de algo que estaba por venir, a medio camino entre un calor intenso y el mareo inexpresivo. Sirocos arrancados en balde a cualquier canción o poemario nauseabundo, que no tendría por que ser persona simplemente intentar ser y regocijarse en ello.
Cuando comer entre lo mas profundo de lo secano y notas las espigas en ti, como se elevan, y las piedras se cuelan en los zapatos y aun así da todo igual. Se construye por el mero placer de hacerlo, de saber que con una sola chispa todo arderá sin el mayor problema. Solo, tan solo, por el placer de ver la humareda. Te abrazo rápido y salgo corriendo hacia tenga que ir, o en sentido contrario, y allí la humareda ni siquiera es desagradable la nube gris que se forma, algo que por fin calienta el cuerpo.
Noto salir de nuevo brotes y sus colores consigue que pare.
En donde vivía, la gente arrastraba la silla de ruedas que reciclaban de la I Guerra Mundial, la gran guerra la llamaban, aunque nunca la vi nada de grande a una contienda a la que se empezó a disparar a los heridos ( se dejo de respetar a la cruz roja ) y se desmonto medio planeta. Pobres chiquillos cuando volvieron a clase con sus mapas políticos ya hechos los deberes y no valían ni la mitad, sin consolidarse ni países ni fronteras.
Siempre me pregunto por la gente que empuja los carros de minusvalía que esperan, una caricia, una pensión , ¿ un simple acantilado donde dejar sus huellas ?. Mis nervios no florecen, y veo a gente de blanco los domingos en las iglesias, Lutero clavo su doctrina con un cuchillo en una de ellas, en esta casa veo como clava el oxido el suyo, mientras lo que nos ataba al lunes sale por la ventana, tapiadas la del resto, quien se logra deslizarse, grita que la verdad esta muerta. Apenas puede levantar un ojo para guiñarlo mientras lo pronuncia silaba a silaba.
Campos de lavanda, una cosecha ( una al año ), una sola cerilla, gente sin saber que comerán hierba toda la semana. Aturdidos , los próximos días.
En los ojos
mirando con atraso
tirando en el asfalto
tus nombres,
pintados con barro,
y tiza.
Se me caen de las manos
los vasos de continuo
una línea
incapaz de separar
lo verdadero de lo falso.