Tratamiento A penas consulto a nadie, sin mirar ya se la forma que tienes, te acurrucas cerca, no he parado de cantarte canciones desde que apenas era un adolescente, imberbe,…
Mes: agosto 2016
Tratamiento
A penas consulto a nadie, sin mirar ya se la forma que tienes, te acurrucas cerca, no he parado de cantarte canciones desde que apenas era un adolescente, imberbe, afeitándome delante de ella, tres veces al día para que me saliera la barba de un pirata. No de un pirata cualquiera, de un pirata cualquiera, un pirata de película, o de un músico de Jazz de una historia de Jose Luis Alvite.
Haciéndome hueco en el Savoy entre humos, aires de grandeza y pedigree caducados y lastimeros . Antivirus de jeringa medio llena, adonde vais doncella.
-Al sitio donde no lleven tanga los fumadores de puros, lindeza.
– Tus besos y los míos generarían gritos estupendos, pero no me hables de vástagos , no me quedan tantas monedas.
-Ni tu, ni yo, antes de morir , empeño tu herencia.
-Por matarme, morir, por morir no llego más tarde. Vayamos al doblar la esquina, donde dejan las botellas encima de la mesa.
-Te dejo o te acompaño, pero las ultimas frases las digo yo, y el dinero como las botellas encima de la mesa, después hablamos.
-Yo no discuto.
-Mi llave es esta.
No se si me la dio, pero no he vuelto a abrir la boca.
Me empece a cuestionar lo que pensarían mis propios familiares, mis hijos al saber de este tipo de relaciones, y de las que no estaba muy orgulloso, pero que cada día frecuentaba con más asiduedad. Cuando no podía costearmelas, o me veía incapaz de acudir a ellas, me quedaba aturdido, sin muchas fuerzas y sin ganas.Encerrado en el cafetín de costumbre, cerca de la puerta, para ver mejor a las personas que entraban y salían, entre consumición y consumición sin vergüenza alguna. Expirando el vaho de mi boca contra el cristal, y dibujando un corazón o un barco, en el que se suponía que viajaban mis esperanzas
Se suponía que en mi cabeza vivan sus formas, bien delineadas, , el contorno tanto vestida como desnuda, cada detalle en mi despertaba algo, una sensación que me sumergía y, debía de restregarme con las manos en la cara para despertar de todo aquello. Me respiraba la muerte obcecada, desde ante de conocerte, de conocerlas, mi ambición fue aumentando, al principio «tu» , luego «ellas», «nosotras», cuando veniais de dos en dos, de cuando en cuando tres , a pesar de parecerme exagerado, llego a darse el caso. No me atrevo a arrepentirme, pues era mayor el dolor del teléfono descolgado, sin una sola voz, algo que rezumara delirio, besos descalzos por mi traquea, estomago. Nunca fueron santo de mi devoción, ahora las pastillas que trago, son mi única religión.
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Principios
Escribimos los principios de las historias, lo primero que hay me mira y se sonroja, ya hace tiempo que se que n0 hay nada, sin saber que esta mi casa, ni se molesta en lavar los platos, me gustan sus frases hechas, y sus silbidos, cualquier epifanía que se le ocurra.
Pone en el tocadiscos canciones antiguas que le recuerdan a cosas pasadas, tanto que ni nos conocíamos, y de vez en cuando le gusta saborear los último, y rayar los discos que casi ni han salido, grupos que se forman en Internet, paseando se E.P. por cualquier discografica, o autoeditandese. Me arrastra por festivales, nos sincronizamos los chacras, en especial el del tercer ojo y el pubis, que se le va hacer, siempre fuimos así. Nos quisimos y nos queremos, en un presente torrencial. No dejamos de ver algo nuevo, yo en ella, ella en mi, sacandome fuerzas de sitios desconocidos. Me gusta perderme en tus pensamientos, averiguarlos y quedarme callados. Ser, estar y dejarme caer, en el pozo que se forma entre ellos, tus ojos y tus dedos.
Según se vuelvo la cabeza se torna oscura y me persigue como Alicia gigantesca y queda cercana, de tras mía, reversible, inventándose, el pozo que la condena. Lanzándome una cuerda , un columpio para dos, comida caliente, nota en las manos un imposible , tu aliento buscándome la boca, anillos de compromiso, fundidos , apenas desgastados, ambos rotos por el uso. Las inscripciones atentas sin un solo rasguño por si tuvieran que dar parte. Tu mano y la mía jugando a los buzos, entre aguas salinas. Tu beso y el mio equivocados, detras de una puerta, preguntas erróneas. Deslizando entre gotas de hielo, en un fondo donde se encuentran los hijos de un pasado que ha muerto.
Los días que no nos conocimos, y el aire que no nos trajo el uno al otro. Me gustaría que de vez en cuando tuviera sentido lo que te escribo, a pesar de todo es como el ensayo de una canción no escrita, parece mala a ratos , y otros es como el ensayo es una verdadera obra de arte. Me marcho, vuelvo, y son segundos de diferencia, por los que me paro a mirar y lloro. Los tachones no están justificados muchas veces son auto-reproches, vergüenzas, de uno mismo, a no quererse saber, o conocerse demasiado bien, y mecerse uno mismo, en los brazos de quien sabemos que no nos quiere, o de cualquier vicio manipulado, por nosotros mismos. Autoindulgencia pagana a la que dedicamos demaseado tiempo, sabemos de veras que lo queremos no anda demasead0 lejos. Tiene cara, ojos, reflejos en cada uno de sus poses, y juega con su rostro para darnos a entender sus engaños, sus risas, llantos, enojos, miles de sentimientos con los que crecimos .
Me gustaría haberte conocido ayer, empezar de nuevo, empezar a imaginar , sin parar 25 horas al día , que te sucede, por que tu manía de deslizar cartas por debajo de la puerta, a veces tan grandes que no acierto a saber como cupieron, y resulta que solo tienen una frase y miles de flores secas. Acierto a decir que aprendo de ti cada día, acierto una noche, acierto a no saber como lo haces.
Permiteme este ensayo, con un remite antepasado, ya pasadas las perséidas, pedí un deseo. Si es así os queda a vos, papel, tinta y una vela?
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Twist
El vaso volcado a medio arder. Las cuestión se volteban sobre si mismas, tardaban poco en ir de un lado a otro, y se llevaba la mar a la lucidez fingida de días anteriores. Amenazaba bajos sus propios asientos mirando frente a todo el que se agachada y preguntaba por que ese día podía ser el último. Es fácil imaginarse como un héroe, pero mayoritariamente se hechaban a llorar, se ahogaban antes de que el problema pudiera ser resuelto, no significaba cobardía si no ser persona. En mi experiencia particular confieso sentirme molesto. Nadie iria a tender la colada que quedaría hecha unos ciscos, por no hablar de los niños ( que le cargen a otro ese muerto, que se le va hacer ). Esos pequeños cabrxxes se van a comer mi pesto casero, que he preparado para la pasta de esta noche, y yo me quedo difunto y con la barriga vàcia. Con la mano en el pecho y para ser sincero, esto último me llegaba al alma.
Si es que además de ser unos pequeños gandules preadolescescentes que son incapaces de hacer caso a una voz que no sea pregrabada ( movíl , máquina de tabaco, videoconsola ), se quedarían a cenar hasta las tantas , vertir el pesto sobre cualquier pizza encargada a última hora con el dinero del viejo, y llegar a las tantas a la cafetería del tanatorio, a pedir unos lingotaz0s imposibles. Esos que nunca has probado, con la excusa del corazoncito dolorido, que ha fallecido mi padre.
Si no salgo de esta, creo que es no difícil con lo que tengo pegado al culo, prometerme Señor que es lo primero que les pondrán de aperitivo, » Tranquilos chicos que hay torreznos recientes, bien doraditos». No se puede estar en todos los sitios, pero esta fiesta son de las que no me gustaría perderme, verlos contentos , en medio de todo el sarao.
Justo antes del amanecer, alli todos en esa sala tomando cafe y pastas. ! Que bueno que era aunfque no me dejara el coche!, ! Le queriamos más de lo que pudieramos nunca demostrale!. Claro panda, claro que soy bueno, si mi cartera parece un gran queso suizo, tiene más topos que un traje gitana y más gracia y arte que toda la feria de Sevilla. Y como te voy a dejar el coche, si el que esta de cuerpo presente es el que tiene que por favor tiene que pedirlo. Y por supuesto el depósito vacio cuando veniais de vuelta un favorcillo para que no pesara el coche.
La paga en céntimos de peseta, en billetes de mil lulas, y en otros en los que salía un señor que decía «que te calles «, que no es rey ni na, pero que caza elefantes. Ahora la pedís en Euros, y yo la vuelvo a contar en céntimos para contar la sopa que le pongo al «Maseratti» ( que es un Dacia maltrecho), que si no me deja tirao en el polígono. Cachondo, a ver si te quedas un rato más y ves algo abierto. Se llaman comercios, y de paso se trabaja.
-Yo paso que lo que trabajo es mi cerebro-,
– Pues nada, amen.
Alguien desconecta algo. Empiezo a tener la sensación de que me la han liado. Me preguntan por la colada. Voy directo, sin pensarmelo mucho, decidido. Valiente que es uno. Entro en la churreria pido chocolate para 5 con un poco de coñac y canela, varias porras y churros. Cuando entro lo dejo encima de la mesa. Si he pinchado. Espero a que se levanten y disfruten de lo bueno.
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Agujas Ansiedad plana, cambio de tono, mi paladar esta absorbiendo al resto de sabores, lo único que soy de amortizar : el agua, que tiene la costumbre de comulgar en mi boca.…
Agujas
Ansiedad plana, cambio de tono, mi paladar esta absorbiendo al resto de sabores, lo único que soy de amortizar : el agua, que tiene la costumbre de comulgar en mi boca. Formando espejismos en ella. Me vuelo mayor, eso quisieran oírme. En verdad el único que me lo dice es mi propio reloj biológico, a carcajadas con el cronómetro al revés. Una gota tras otra, llenando la sabiduría de un pozo de alquitrán y tinta china con todos los nombres que al final del día olvido. Ni sus caras ni sus costumbres favoritas o motivos por los que odiarle sin duda los más enternecedores, que piden un asesinato a gritos de vez en cuando.
Caen gotas en mi plato, y en el vaso, como si fueran el jardín de la entrada, entre bichos y plantas, siempre me he preguntado si de verdad a los muertos les gustan las flores muertas. El mayor de los sinsentidos. Flores muertas para los difuntos. A mi nieto siempre le quedría , pero llevar a un grupos de niños con la peste negra a ver a otros querubines con tos ferina no es lo más elegante y adecuado que haya presenciado.
Heridas en las manos, me lavo. Fue impreciso decir que me gustabas tanto como manchas de chocolate en fresas. Ahogados en un cubo de agua sucia mis pensamientos, no se si valdrá para tus manos humedad y brillantes, tu pelo suelto ( nunca me atrevo a adivinar el color, con tanto tinte, por lo que sea me gusta el que tu llevas), y tus uñas nacaradas. Mi pensamiento ya esta sucio se por si, empieza a pudrirse. Entre copias y covers baratos que llevar en el coche, nadie nos quería hablar hasta ver el precio al que nos vendíamos.
Plantados que al llover delante de él vuelve el sinsentido, las páginas impares, y las toallitas húmedas que recorren mi frente húmeda y mi pubis, tan lejos y siempre tan cerca : pensando con el orto y dejando las heces repartidas por la boca. Todo lo que veo me recuerda a ti, lo que escribo, mientras, al tiempo, al lugar y con quien estuviera aquella vez. Te pretendo recordar. Con flores muertas en mitad de un mármol frió me niego a aparentar una sola lagrima en las pestañas, ni una sola gota de sangre derramada. Si me quieres de verdad me dijo el muerto » Cantadme Valverde las mañanitas del rey David «, -que entre tu y tus flores hay una sola diferencia y es la tierra, si no las plantas a mis pies, a mi lado en una losa te plantaran a ti-
No es cosa mía, ni de las alas de mariposa, que me despeinan en un atasco. Todos los gritos incapaces de sentirse mudos, ningún vaso roto ( son de papel, no tienen ningun sentido post-romántico) . Me escapo y dejo el coche solo que lo encuentre el primero que venga, la verdad, no fue realmente así , deje una colilla previamente encendida en el cenicero, me adormeci y apiadandome de mi mismo, encendí otro cigarro, sin tragarse esta vez el humo, tan solo pensando en el espejismo que siempre me hipnotiza en la carretera, y deje ambos cigarros, no en el cenicero si no en el asiento del copiloto. Si alguien lo quiere, se merece esta congoja. Segui andando y poco a poco se formo humareda. Ansiedad plana, cambio de tono…
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Miarando el sol
La noche ha pasado, intento dejar de lado la madrugada, el sitio concreto donde amanezco, el nombre por el que todavía me conoces y lo que significa todavía para otros muchos, para unos simplemente el paso por el que no queda más remedio que cruzar antes de llegar al sitio deseado, eso sin sin poder evitar de las reuniones clandestinas, los besos robados y algo concerniente a lo que ni siquiera conviene imaginarse. Balon deshinchados como las esperanzas, subidas al bordillo, echándoles la culpa a coches de segunda mano, con heridas irreversibles tanto que no conozco, me reconozco en las sombras de los recovecos, en los que se aislaban con los ojos caídos en este mismo sito.
He faltado durante tiempo, creí que no volvería a ratos, tire la toalla y deje de lado por promesas convenciendome que era una foto,con filtro para niños
Todos cumplimos años, el césped y las malas hierbas resecas que cubren las tumbas de los muertos, que no vuelven a pisar el suelo, que ahora les invade los ojos y las orejas. A ratos me invaden en el aire que respiro, y se cuelgan de ramas que jamas existen, recordandome algo complejo, que según ellos , se queda en medio, en la mitad por su propio peso. Devuelve lo que pediste, el regalo que no funciona, preguntas que a nadie interesan, pujas desde ordenadores toda la noche encendidos.
Las meigas estan decidas, y sin plumas, con la peor letra que imagines en mi pecho, han dejado una carta escrita, revuelta, con el estomago marchito, esperando ver supurar el ombligo. La peor parte de mi. Sin saber que se reflejara en sus caras las que participan en e oficio
Dejar vasos de café cerca del cuerpo y la última de las personas que te observa lee sus posos hasta llegar al mio, una última confesión, un último eslabón de una condena que no quieren para si, aquellos muertos acusados de suicidio. Aun queda un campo santo que los recoge a cambio de no firmar conmigo en un armisticio. Mi cafe rancio, mi marro repetido, calles que desembocan en mi estomago la sensación de vacío invertido. Los posos no se leen, insultan al que se asome a mirar, a buscar algo profético, no lo he visto ayer, el primer condenado sin condena , el que roba su propio mazo , y lo usa contra el. Llevaba más de cien años buscando la misma condena al cuello, vagabundeando hasta confesar a su propio ejecutor la propuesta de matrimonio.
Ahora bien a que viene esa cara desencajada. Los besos con sabor dulce de Judas, a licor de baja graduación que tiene la intención de vapulear la condena, hacerla inaccesible, excepto para el intestino lleno de sopis vomitis, no solo el estomago, las tripas y las ganas de hacer.
Intente ver una vez mas. No existe moraleja. Solo una nueva forma de caminar lenta y legañosa, los pies rotos bajo las piernas, piedras y piel arrancada a tiras. El incendio que despierto después de tantos años de reo, libres sin ojos para ver, sin recordar la gente que fallecen sin hogar y este sin puertas ni ventanas. Ellos fruto de la crueldad ni panes ni peces, solo soledad, dedos en llaga. No me prometais por favor , la posibilidad de morir, ni siquiera el último aliento. A tu lado puedo, como debajo del árbol en que quisiste. Mirando al sol , no amanece.