Mi ultimo día

Tengo el día para contar la misma historia todas las veces que quiera, enamorarme, darle besos al cielo, perder el objetivo que estaba a punto de conseguir o incluso colgar la misma ropa repetitivamente hasta que a un gran diseñador le parezca que tiene un mínimo de gracia mi sentido cromático ( el esperpento en si mismo ) , volumen ( un poquito aquí,  un cachito alla) , y sentido milimétrico, organización tipológica ( zapatos con zapatos, camisas con camisas ) y claro yo esto no lo pillo por que hay veces que un zapato me casa bien con una cartera o unos pañuelos perfumados pese al color o cualquier orden mundial, simplemente por el verso de una canción.

Tenia un primo cuenta cuentos, en ocasiones le pedía este tipo de cosas a él, pareciera que tuviera mejor criterio, hasta que la estridencia era capaz de dejar cegatos a una panda de paparazzis  con falhes. El chiquillo creo que termino por en la sierra de Guadalajara, haciéndose el ciego, diciendo adivinanzas, y chanzas, en ingles fingiendo que es un pobre diablo que confundió un barco y termino por esos lares , en vez del  Imperio Británico.

Tarde, tiempo, café, agua, sal y arena, nos va a llevar tiempo, todas las horas que permanecimos juntos. No siempre escribo lo mismo, como me piden ahora, anuncios por palabras. Soy la dueña de quien me quiere de la última persona que me pone las manos sobre mi cada día y no hay día en que no haga de esta frase algo cierto.

Ando en la discordia, cualquier tipo de piso , antes de decidir si me gusta o no. Duermo en cualquier lado que me agrade. Los últimos días de mi espera espero que sean abrazados a ti junto a un árbol.

No existen los puntos y aparte, me preocupo por que todo siga derecho. Su rumbo , su serpentea como el agua, es por que busca su senda, algo superior, divino, el sitio donde se encuentra a gusto,ríe, es capaz de sanarse a si mismo y a los demás. Hay algo que merece la pena como su propia naturaleza, como los últimos de Texas. Nunca te quise lejos.

Nos adoramos, nos buscamos con las manos y la boca, y algo más allá, nace. En cada momento, sea una sensación, un día, una flor, una estrella, o un cachorro, da igual, queda constancia, en la tierra. No importa donde vaya me sigue tu rostro, tu olor, tus ganas.

Las tiendas de instrumentos como las iglesias tienen su propios feligreses, y otros que se acercan confundidos a preguntar, un día por una razón  ajenas a sus vidas , y no volverán a  irse nunca. Un mal día cualquiera se entra y se pregunta por una armónica plateada y no se vuelve a ver caer en ese detalle, hasta 7 años después , si no es con ella , en una esquina , en una esquina frente a un comercio, tarareando, la primera canción que aprendimos con ella. Una fe en el alama instalada, en mitad del pecho , un solo toc, y al final una clavija hace click, y todas las canciones resuenan, todas las canciones me recuerdan ti.

Sal, se te espera.