Retales
Retales de camisas olvidadas, camisas de tiempo, haber intentado de nuevo lo antiguo, y crucificarse dentro de uno mismo, ver lo que cabe en una sola taza. Detalles velados de sinceridad, limítrofes al final del día. Incoherentes con uno mismo, palabras húmedas consigo mismas, no acierta a desfigurar las frases, ni definir lo que pretenden, cables que no concuerdan. Ya es hora de saber en que sitio estamos y la hora.
Desfigurados, por las deudas pendientes, no tiene ningún valor la objeción a moneda. Enseñar tu corazón en el mismo momento de caer, con la cintura quebrada, notar los efluvios del tiempo entre las lluvias, el murmullo de la gente. No interesamos, nadie habla de nuestras miserias. Después de tantos años, caído el arpón, suicidada la idea, bajo un puente. Pudo estar bien, pero se olvida, incapaz de retener en un solo día la luz y la sombra.
Prendas volteadas, y ninguna vale, cada una historia, una muerte paulatina, una saber perder diferente, en mitad de ellas, un abismo que sortear, encontrarse en el medio de todo, preguntar al resto, para que se realiza el incesto virginal, la puesta a punto del detalle primero. Te quiero tener cerca y no me atrevo, lo que deseo y lo que pido , vuelven a ser dos ejemplos de lo mal que pueden caerse, el francotirador y el ejecutado. Dos en el mismo trayecto.
Poesía fúnebre de Noviembre. Nunca junto los pasos en invierno. Yo mismo encargo las flores, el ataud, ortodoxia pura, antes de tocar helado lo que se suponía hirviendo. Besos para Tania que no llego. El mismo vicio en el ascensor. Cuellos de jerséis de punto. El mismo teléfono ahogando mi amor, sonando toda la tarde,según el disparo sono. Ahora quedara la misma melodía en la calle toda la tarde. Según apreté el fusil , hecho a mano, mi última posesión, llamar hasta que muera la noche. Solo me queda el blanco y negro, ver como un perro, con el collar vuelto hacia dentro hasta que obedezca. Miradas funestas que se niegan a salir de su comercio, en el cual pueden pasearse el resto del reloj. Sin ser capaz de adivinar el precio a pagar.
De mis botas a tu cuello, de la muerte al color verdusco de mi silencio, contando, hace eco en el segundero, que sisea y cuelga por un pie en este conjunto de sales y huesos, es por no poseer la misma consistencia, por no saber ver. Tener los ojos negados a la belleza, no queremos oír la última de tus letras, entre las yemas que eran amago de prolongación de tus huesos, cada uno, un cuerpo nuevo, un hueso partido, de un niño malo, de una niña buena, de una margarita que duda, un niño bueno, una niña mala. Todos los días, te mereces un beso, ósculo de poetas. Esteta , para mi universo.
Me quedo parado, cuéntame, por que se hacen burlas a aquel que no conoce. Palabras con sabor a gritos, uñas clavadas, en cualquier parte, me saben viejas, ya pasadas, me sobran en el papel, decirte esto…
Te hablo lo que me nombras, me expones de lo que eres , no me queda otra que rendirme, ser sincero , en camino abierto, decirte bonito…
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