Blanco y negro grisaceo
Se terminan los trozos de carne fresca con los que se alimenta a los alimenta a los animales salvajes que se agobian encerrados a pesar de que poco a poco van descubriendo, que el hacinamiento tiene la ventaja de despojos diarios y una aclimatización extraña. Creo que no deje que cada vez que aciertan que los observamos enseñan los dientes recordándonos que a nadie le gusta estar encerrado tanto tiempo, a pesar de los lujos VIP que se los otorga. A partir de cierto números de horas empiezan a ser casi molestos. No es que no gusten es que parecen recochineo. Un azucarillo de vez en cuando para despistar a la conciencia que de vez en cuando se despierta.
Agua limpia en el río, hecho de menos los cauces naturales, ríos chocando contra las piedras y, troncos de arboles , algunos marchitos, otros fuertes , con las raíces sedientas. Con un cúmulo tal de años que de vez en cuando que en vez de olvidar , es capaz de contar los más fascinantes cuentos. Recordar los incendios, que de vez en cuando golpearon su tronco, dejando heridas duraderas, segunda parte de si mismo. Haciendo de sus hojas pergaminos en los que se escriben las más truculentas y bellas historias según soplara el viento.
Se quiere mártir y no lo dejo, no lo permito la idea. Ella no para de recordármelo, hora tras hora, y a mi no me divierte. Saca los huesos la maga, y los tira sobre el tapete, de varias formas y colores, unos más vivos otros marchitos. Como las personas según nacen. Solo con el primer grito , se sabe si serán carnavalescas o las más pusilánimes del cementerio, incluso los días de feria. Quiero y no puedo llamarte. La maga recoge y vuelve a tirar sus huesos, no la pregunto, mantengo mis labios sellados. Ella mira alrededor fijamente, fotografiando los detalles en su cabeza. A mis ojos, se acerca titubeante, como si alguna sustancia la poseyera. La miro y me da terror. De mi se apodera un terror inaudito. Baja los ojos, la faz entera, y con esto me refiero, a los labios, mofletes ( que se dejan, quedan flácidos ), ojos cerrados y sin ganas . Los labios enseñando los dientes, sin malicia alguna tan solo flojera, y los párpados inconclusos en su indicio de mirar.
De repente en un solo instante crece. Me da más miedo huir que mantenerme sentado, el lo único que consigo que me consigue que me mantenga en mi sitio. Tengo unas ganas repentinas de pagarle, irme de veras, hacer lo que sea, para que esto ocurra. Me mantengo alerta y tengo sueño. Por favor me digo a mi mismo, -que pronuncie palabra o se mueva-. No se levanta, se arrastra, levanta las cejas y, las órbitas de los ojos en blanco,- Podrías quedarte aquí o irte- balbucea mi cerebro, que empiezo a entender no esta al cien por cien. En ese momento me marcho, me pongo de pie. Alzo mi cuerpo con las pocas fuerzas que me quedan y, decido marcharme la otra opción no me parecía valiente, sino una tontería.
No mantengo compostura alguna. Al volver a recobrar la postura horizontal golpeo una vela violeta de unos 13 centímetros, me fijo que hay más de lo que creí en un principio, cada una de su padre y de su madre, grosor , color, altura, todo variable. Mi pantalón ahora es una fiesta fallera ( creí que sería buena idea no llevar vaqueros como todo el mundo, y aparecer con unos pantalones de gasa, muy ibicencos ). Ardo poco, pero lo suficiente para que no me guste. Debajo de la vela hay una carta me imagine un Rey de Bastos me esperaba, para cantar Tute, o algo al menos. Por lo visto era «La Justicia» del Tarot, un Tarot Griego, que me acompañara toda la vida. No dejaré que quite la vida, como yo me quite la pierna, el pantalón pegado al hueso.
Ni la quería, ni la quiero, Era lo justo. Desde el prime momento la estaba mintiendo, la dije que iría que demostraría mi amor, a la bruja pretendí engañar. Era lo justo una pierna menos una prueba más. Ahora esta contenta, por ella todo daría, una bruja menos, una novia mas.
Reblogueó esto en elcasodeandresitonadadotcom.
Me gustaMe gusta