Gotas de agua tintada
Podiamos comer una cosa distinta cada día y nunca repetir, almacenamos libros de cocina de todos los países. Cada vez que viajábamos, aunque solo fuera un par de días, nos haciamos, era nuestro pequeño divertimento personal. No solo eso, a los amigos , a cualquiera que conociéramos, y pudiera ser una fuente de nuevas recetas. Las hechabamos como las cartas por las mañanas, pese a que el tiempo corría raudo y la prisa de el trabajo nos hacía ir algo deprisa. Un juego contra el reloj. La cena determinaba como iba a ir la noche. Cada ingrediente y su procedencia, un significado nuevo. Había quien utilizaba dados para definir su noche y sus juegos, nosotros los ingredientes y sus lugares primigenios.
Cuando eramos muchos, una cena entre amigos por ejemplo e incluso familiares por cualquier tipo de evento aceptabamos el reto. »…
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