El joven que no sabía conducir
Demasiado detalles a ala hora de elegir cualquier cosa, cualquier color , que tiene tal importancia que le recorre gotas de sudor por las sienes hasta las mejillas. Cada uno ve de una manera, siente de una forma, e incluso disfruta la música en aspectos diferentes y este me esta poniendo nervioso. Cada vez que decido algo medianamente importante la veia girar la cabeza, nadie salia a ciencia cierta por que razón lo hacia, ya empezaba a presumir acerca deque no tenía tan claras las cosas, y solo protestaba con la intención de demostrar que el al menos mantenía el ojo crítico. Protestar se le daba bien, así que se empezaba a flaquear por lo memos reprochaba y, habría que poner buena cara a más protestaba en antaño y en presente y se iba escribiendo su futuro, a mas criticaba, más fructífera eran sus ideas.
Mis ojos han empezado a cerrarse, y pedir descanso, las pupilas comienzan a tomar el color del pintalabios del que anteriormente no han sabido decidir , me encuentro un poco perdido. La otra parte del cerebro se encuentra dispersa con una gran gimnasta rítmica ucraniana de los años 60. Simplemente mi nuevo cuerpo, y las ideas del ritmo y de la música y las palmas que dicta el baile suenan, y los golpes de ritmo, dejan caer una guillotina que en vez de cortar cabezas , cortan miembros. Extremidades que se quedan sangrando hasta ocasionar la muerte.
Si la muerte viste de negro, empiezo a verte cambiandote en este mismo instante, tu traje de noche rojo, se teñía , lento, pausadamente, como un profesor incapaz de aprender lecciones nuevas y se pone prendas encima. De sus flores y su traje rojo. Mañana nos verteremos de blanco, hoy no existe el color, vestimos como un pensamiento que ya se tuvo en antaño. Un niño al que se le regala un arma. «Un joven de la guardia roja con un fusil en las manos. Un chaval rubio de Texas desenfundando un revolver, disparando rápido, en la otra mano, otro revolver, incapaz de sujetar sus pensamientos, dando vueltas. Dando vueltas el tambor. Perdiéndose tan rápido como el sonido que ensordece su valor, cobarde con un arma entre las manos «. Sucediéndose los días que los hará viejos, sin conocerse , tal vez odiándose, sin conocerse, chupando pan duro, sin dientes.