Tripas sucias

Se encuentra en un hueco, podría ser frío y húmedo , con  algunos hongos resecos, un sitio en el que resulta incomodo estar, desgraciadamente así es, no me hace falta imaginar. Es tal y como lo palpo, como lo veo. Me apoyo en sus paredes de madera. Algo para lo que no hace falta ser Mr. Holmes y deducir que alguien se ha tomado su tiempo en construir , o mejor dicho fabricar, algo práctico pero muy feo, realmente horrible. En un sitio así lo único que se puede hacer es destruir, sueños y nervios.

Cualquier cosa que se ponga entre las paredes enmohecidas y el cuerpo de la persona que se queda encerrada. 2×5, y unas velas, parece que en su momento  pudiera tener luz eléctrica, pero ahora solo queda una bombilla rota, tan crispada como mis nervios. Tal vez debería de calcular el tiempo  que duraran las luminarias, algo que en realidad me da lo mismos. Si vienen a por mi sera el tiempo adecuado, si no de cualquier manera sera poco, extremadamente poco.El lugar es pequeño, pero cuando desperté ya estaba aquí, y podía tocar perfectamente los cuatro cirios que tengo ( a decir verdad bien grandes ). Hubiese agradecido un libro. Si me van a dejar aquí hasta que me muera, por lo menos entretenido, y me hubiese comido una a una las páginas, según las » hubiese terminado» , por tener algo que picar, ya tendría que preocuparme de no perder el hilo de la historia.

Creo no haber visto sitio más feo en vida sitio más feo. Ni fabricado con más mala idea. Aquí no podrían guardar ni herramientas, se hubiesen podrido, no hubiese aguantado cualquier cosa de madera. En una de las esquinas he encontrado un bolígrafo y he empezado a escribir mi pequeña historia en los papeles de periódico en los que venían envueltos los  cirios, alguien se tuvo que tomar las molestias. «Que se encuentren en buen estado cuando las encuentre». Al bolígrafo, no le encuentro ningún sentido, ningún criterio, para que estuviese donde estaba, excepto el de practicarme una traqueotomia , o abrirme la  femoral si me aburría de pasar hambre y sed.

A veces aunque el agotamiento me lleve la ventaja, y me quede medio dormido contra las paredes, el aturdimiento, la falta de las necesidades primarias, empiezo a preguntarme si esto es real, o una rata del pensamiento, que me esta carcomiendo el cerebro. He despertado por segunda vez  en este antro con poco ambiente, y debo  ser real, de existencia verídica, por que me duelen de verdad todos y cada uno de mis huesos ( menos uno ). No se por donde, pero alguien a entrado comida y agua.

Croassants ( de pastelería ), queso y jamón, no solo no quieren que me muera de hambre, si no que la pitanza era especialmente buena. Folios DIN-A4, y un par de bolígrafos, más velas. En un principio, pensé quealgo iba a empezar a jugar a mi favor, así que me senté en cunclillas, y saboreé la comida que tenía delante de mí, el agua embotellada ( mi marca favorita ) y un par de latas de refrescos. Algo empezaba a mirar por mi, entonces mi di cuenta de la trampa. La persona que me tenía encerrado, me conocía a la perfección. Y no pensaba soltar pronto. Debajo de la bandeja de la comida, la misma frase que en la última hoja de que me dejo para escribir: » Tranquilo, mañana vas a salir»