La primera no me la sabía ( segunda parte)

Puede que la inexactitud de dormir tantas horas seguidas, sin saber lo que en realidad era dormir. No tener que levantarme en un sitio por el que la ventana de madrugada pudiera entrar en cualquier momento un foco, que cegara en directo a mi ventana, en tono inquisidor, como si se preguntara por que estaba vivo y para que. Tenía que justificar mi existencia casi todos los días, a pesar de que cerrara la persiana, la luz traspasaba, y te dejaba en la cama sin voz. Solo en los días en los que el vandalismo, hacía gala de su oficio, se podía descansar, y no era capaz de llevar en su conciencia, coches quemados, y contenedores de basura volteados, cualquier cosa rota, durante la noche, era parte de unos escrúpulos que lo perdonaban todo, con tal de dormir una hora seguida.

Te seguían a cualquier hora y era imposible decirle a uno mismo, que si no te encontraba, era tu propia culpa. lo único que me pedía a mi mismo era ser tan patán como me sentía, que nadie, sufriera lo mismo al principio me crispaba, ahora era mi tabla de salvación, me hacia sentir persona. Lo único que conseguía que no coincidiéramos en ningún sitio, que las pistas que se encontraran, no terminaran por llevar a lugar alguno, no existan nunca, nos hicieran a todos burla, hasta hacerme llorar.

Ojala te hubieras ido, me estuvieras odiando como y lo estaba haciendo y fueras incapaz de encontrarte, por que estuvieras riéndote y tomando refrescos light, y cero. Que no supieras nada mientras te destrozabas el alma con drogas y juergas, puliendote el dinero y las ganas de cualquier persona que se creyera más poderosa, mientras le toreabas. No se donde estas, y cambio de color, como un cartel de farmacéuticas luminoso, que se empeña en decir al resto que es capaz de salvar a vidas y que además los días de guardia , te saca de la desesperación. Soy un cartel y no me encuentro. Soy un cartel, en el barrio rojo de Amsterdam. Roto, pequeño, obsoleto.

Cortado, apabullado,

entre dos aceras, entre estúpidos ,

y una conversación.

 Mal tiempo,  formas , gomas, y nervios,

me faltaba todo,

me sobraba yo,

sin un abrazo,

sin un tu.