Luz Roja ( en el pasillo ) En un rincón oscuro, donde solo recuerdas los golpes secos, o alguno húmedo provocado por algún pescado maloliente, en la espalda primero y, después…
Mes: noviembre 2016
Luz Roja ( en el pasillo )
En un rincón oscuro, donde solo recuerdas los golpes secos, o alguno húmedo provocado por algún pescado maloliente, en la espalda primero y, después en la cara donde puedes percibir perfectamente los olores que llevan pudriéndose, desde que tienes memoria, y si no recuerdas mal es esta la que hiere. Alguna espera tranquila en esa instancia pestilente y resbaladiza con la que nos golpeamos y , dejamos un sabor de boca peculiar. Degustar un nombre, tan solo, el recuerdo de esa dirección marchita que nos provoca, de forma lenta. Como un bourbon destilado con mucho tiempo y para nosotros mismos. Tomarnos una copa o varias según los ánimos y en contra de las fuerzas del cuerpo. Repetir la operación que no siempre fue lo mejor para nosotros mismos, tomar conciencia de quienes somo e intentar explicarnoslo. Sin la intención de querer saber si lo entendemos o lo conocemos de antemano. Intentar ser más sabios y, abrirnos metas y caminos, la mitad de los cuales creíamos o nos dijeron que estaban cerrados.
Tu forma metida,figura en el alma
hierba sucia escalonada
sin que me mienta, tus abrazos.
Fotografías abandonadas
Gracias por estos días, ya volvemos a estar en activo
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Las excusas no perdonan…
En mitad de algo frío,
sueño lana,
tengo algo que no reflejan las baldosas,
no me cuentan tu pasado,
a lo que no son a otro rato encerrado
sueñan y me acercan, parpadean tus nombres.
Se destilan perlas, gotean deformes donde debo estar parado.
Se adelanta en el suelo
el poso de un pasado inmóvil. ( Solo a ti te lo cuento )
Nos vemos en un par días. Besos. Los hospitales «no perdonan».
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Eliminando farolas que no iluminan
Te has ido y no hace falta que me lo repitas, no que me lo pintes en las paredes, es para no volver. Me esperaba una nota en el dormitorio al menos, en el baño como acostumbramos durante tanto tiempo, en el espejo, » lo siento, te pongas como te pongas, ahora tendrás un sitio de sobra» o algo más romántico. Fuera como fuera, siempre tuviste buena mano para las letras, y no va ser el odio, el que nos separe de repente, si no un mal proyecto de vida. Teníamos que haber averiguado antes, que eramos la mejor pareja dentro de lo nuestro, fuera de los tabloides todo se desmoronaba. Hasta los armarios nos escupían prendas interiores, a ver si pillabamos, que más allá de ciertos polvos, no eramos capaces de mantener la cordura.
Tu hijo, ya criadito, fue el que nos animo a ser pareja, si tanto bien nos hacíamos juntos ( y no se lo reproboco ), el caso es que funciono como nos dio el consejo. Como amor de adolescente. Pura feromóna y desvarío. Comernos a todas horas y sumergidos en un sinsentido.
No puedo soportar el saber que te vas de casa. Así que acepte con un cliente, si lo nuestro se puede llamar así. Músicos y actores, la mayoría como tronas, y lo peor que nos entendemos a la perfección, ese es el verdadero quid de la cuestión, somos tan tarambanas como ellos ( yo mismo era guitarra, hasta que una encrucijada me coloco aquí para poder comer). Me imagino que seguiras siendo toda la vida mi mejor «blues». Cuando pienso en ti, sigo tocando la guitarra acústica, esa de color verde, que me puedo llevar a la cama, para amanecer y tocar un poco, como el que se hecha un cigarro y se vuelve a dormir, cuando despunta el día o en la madrugada.
Te diría que no me importa,pero anoche te llame para pedirte consejo, al decirte que iba a cortar con mi novia, lleno de bourbon y decrepitud. Cantamos unas cuantas de Nick Cave y Silbille Baier por el telélfono y me prometiste sacarle los ojos a esa arpía si la veías. Nadie besa como tu. Estas sacando tus cosas de casa, y cuando vuelva, estará todo, lleno de tu falta. Hiciste bien en dejar el tabaco, y el mechero, al menos que tendré algo que llevarme a los labios. Oía a los vecinos. Algo que nunca hago, es divertido, una pequeña escena de Televisión, o un programa de radio. Golpes, disimulo, algún grito con caso omiso y niños que ríen. No se que sucede pero me gusta como se oye, el que era nuestro piso.
No tengo fuerzas debería de decir, para aparentar un corazón marchito y dolido, y hoy tenemos la presentación de un disco. Una chica a al que el mismísimo John Lennon habría dado una palmadita en el hombro, así que vamos a apoyarla cantando sus canciones, a pasarlo bien en definitiva. A agarrar a esa chica que quiera meter mi ropa en su dormitorio, para pasar un rato, o toda la vida juntos. No se como lo haces. me llenas de gloss y, me dices que me quede a jugar la segunda parte del partido en tu casa , cambiando de campo. Para una vida entera. Te enganchas como una serpiente, en un ziz-zag, alguien canta «Tonight».
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Olores sin gusto alguno
Era mi cumpleaños, de hacho es, pero desde no hace no tanto había perdido el gusto por celebrarlo, sería bastante impactante decir que desde el accidente de tráfico no me apetece. El accidente de Bárbara. Ella perdió la vida. Iba de conductora y el coche de enfrente no pudo esquivarla, chocando de frente. Se metió literalmente en su parte delantera, sin que nada se pudiera hacer por ella. Todos los hierros posibles se clavaron contra ella. Fue su propio Moby Dick, toda la vida persiguiéndose a si misma. Alejándose deprisa de nada y viviendo a una velocidad de vértigo. Acercándose algún día a lo que era capaz de pensar. Todo eso lo plasmaba, luego en sus cuadros, y sus inventos, los que claro, ella misma lustraba. Solo podía terminar su conciencia con ella misma de una forma épica
El desastre que nos acompaño a aquella noche no vino solo, Giuseppe no volvío a andar y tuvo que dar gracias a que viajaba en el asiento de atrás, totalmente ebrio. Entre el alcohol y todo tipo de sustancias ilícitas que paliaron según la doctora, el dolor que tenía que recorerle por todo el cuerpo. Era la primera persona que conocía que la droga le salvaba la vida. Al pasar a la parte trasera del vehículo, para preparar unas rayas de cocaína, y estar más cómodo, palio el impacto.
Bárbara nunca fue una gran conductora, saber que la fiesta que se estaban corriendo, todo incluido la estaban cargando a mi cuenta desde la entrada a las mimosas de antes de entrar a la discoteca al talco, y conocer que era un cornudo, con el que consideraba mi mejor amigo fue todo uno. Giuseppe fue recuperándose, tardó cerca de 5 en despertarse, y un par de semanas en hablar. Al principio dieron por desahuciadas sus piernas, pero fue más valiente de lo que me apetecía en esos momentos, y conseguimos que se levantase de la silla de ruedas., pero jamas abandonara las muletas, ni esa cojera, por mucha velocidad que quiera alcanzar.
Se podría decir que desde aquel accidente no celebro mi efemérides más importante y no pongo velas a las tartas, pero a decir verdad, me guardo todo lo relacionado con Bárbara. Prefiero pensar que ahora puedo ayudar a muchísima gente a ser feliz y eso en verdad me ayuda y me agrada, me hace sentir bien. En realidad, feliz, en realidad, totalmente, creo que totalmente ya no me toca, eso lo fui con ella. a pesar de que fuese una mentira, y su vida acabara de forma tan trágica. Ahora supongo que me queda, el mando a distancia de mi equipo de música, y esos pequeño paseos que doy, por países extraños, y por los pasillos de los hoteles cuando viajo solo o con Giuseppe. Dando conferencias sobre empresas, y marketing, a pequeños y grandes emprendedores ricos. La mayoría no me los creo.
Creo en las personas, y si yo triunfe, fue por algo ajeno a mi y, fue por que a Bárbara le encantaba lo que hacía. Decidi poner todos mis esfuerzos en ello y, sentarme junto a ella al final del día o cuando venía a visitarme, por verla sonreír. Ahora no me apetece celebrar mi cumpleaños y lo he de reconocer, ese día me dejan en paz. Lo que era un fiesta y juega. Se convirtió en un verdadero luto. Un momento para esperar. Saber por lo que sea, que sigues cerca, en algún sitio, si no vienes voy. Síntomas de viejo precoz. Sintomas de querer volver a verte sonreir
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Botellas malditas demasiado pequeñas
Un diablo inerte, incapaz de tener una conciencia, por la que pudiera acordarse cuando era mañana, o tan siquiera anteayer, cuando debían de pagarle, se le perdían las almas entre partidas de cartas y rifirrafes. Lo único que solía hacer a tiempo era dar de comer a sus perros. Cancerberos bastante juguetones a los que había que llamar la atención, pero bastante más obedientes que su amo. Había perdido la perspectiva, total ir a recoger almas perdidas, no veía claro que fuera su obligación. Otra cosa es que se perdieran hasta su puerta y quieran entrar a verlo, era lo suficiente hospitalario como para abrir su templo, en el que mostraba las atrocidades más profundas.
De lo malo lo peor, torturas, daños y vejaciones, para aquellos que en su vida, no habían reparado en el otro, que con el prójimo no tenían ningún tipo de piedad, con verlos sufrir se divertían, y azotaban en sus puntos débiles, sin piedad. Les arruinaban moralmente, achicharraban, volteaban moralmente su última esperanza ,cualquier chispa de vida que les quedara en la manga o en el bolsillo de atrás, como último as. Disfrutaba con ello a que negarlo. Aquellos que hacían daño , recibían sin ningún pudor algo parecido a lo que se merecían, y nadie podía averiguarlo, pues solo con pensarlos, o mirar, por la rejilla de la que disponía en su sótano no se podía volver a dormir tranquilo, durante un trimestre, y un día, así era el.
Pero aquellos despistados, pobres diablillos desolados, engañándose, que confunden un pecadillo con un rato de diversión, lo único que les podía hacer era trampas al tute, fotocopiando ases para ganarles sacando fules imposibles. Dar besos, fuera de hora, cerca de la iglesia más cercana de ese cura repipi que no paraba de fastidiar, cuando se el cogía dinero del cepillo, para gastarlo en vino, fuera del templo y darle a la gula en un restaurante con más estrellas que un militar. Lo pasaba bien con aquellas muchachas largas de mente al solucionar un problema, y cortas de falda, capaces de aguantar de feria mas de semana y media, que al regalarlas unos zapatos nuevos, no aparecían antes de las seis de la mañana, después de un buen reventón.
Diablillo era pero también tenia abuela, y algunas de ellas también habían hechado en algún botón en el cepillo y, en vez de agua bendita preferían el chinchon y, con las velas de la capilla se permitían de vez en cuando el encenderse algún cigarrito Wiston o Ducados, al fin y al cabo. Mientras tiraban los trastos al curilla cañón, pájaro espino ( viejecita, que no ciega ). Este diablillo tiene sucursal y te espera cualquier día. Pierde las tarjetas de la direcciones, pero no los flyers de copas a su recinto, con copa en la invitación.