Tus ojos color zanahoria (primera parte )
Desapareciste en el momento oportuno, cuando apenas quedaba espacio para las mentiras, para quedarse quieto, y no notar las miradas de soslayo, que te hacían. Te quedabas paciente, como preguntando, de esa manera que se quedan las viejas de mi barrio. Con la actitud de un conejo deslumbrado por los faros, eres igual te diría pero más astuta, un gato entre las cuerdas, que se sube entre las piernas, hasta que llega a los hombros, y de ahí al árbol. Tienes dos ojos y ellos han conseguido dejarme parado, casi siempre que me miran, de un tono azul marinero, un buzo que se ahoga, entre sus penas, y esa lluvia fuera, el calabobos. Una cara obscena para la verdad, que me puede mirar de frente y, acertar en mi nombre, apellidos y donde estuve ayer seguramente. Guardo mis bolígrafos para escribirte cartas, una mitad los pierdo, la otra mitad los apuro hasta parecer flores secas.
En mitad del suelo confundiendo los colores, según tus gritos y mis temores, necesito saber que opinas a última hora. Una cosa es saber que necesitas y otra saber que están dispuesta a ofrecerte. hay que acoplarse a ello. Manías disfuncionales. Eliminar cualquier conversación que no nos aporte nada, o no nos haga transcender en el tiempo. Hasta que nos hagas capaces de hablarnos y discutir con nosotros mismos delante del espejo
Ahora te busco, en canciones que me cantaban,
lapiceros desgastados
altavoces callados, agua entre cables.
Recojo del suelo las frases con las que entretenerte y
las repuestas que ninguno de los dos conocemos,
manos mustias, en tres días han perdido tu risa,
han conseguido que taladres, en cada uno de mis muros.
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