Bombitas de noche rellenas
El nombre de algún personaje bíblico que tiene el nombre mal usado, por los que quieren presumir de cultura y, un dolor de cabeza prematuro, pendiente siempre del siguiente paso, de un enemigo que no existe, de una mentira desectruturada, que se escribe en tinta falsa, en los cuadernos de los hijos adolescentes que nos odian. Anidando un final que no existe. Empiezo a no creer en todo lo que me dicen los que nos prometieron conocer, y curarnos en salud. Eran capaces de curarnos de cualquier mal, de todos los licores aderezados con drogas, cada vez que salíamos por la puerta de casa. Y de puertas para adentro con insecticidas » para por si acaso «, debian de pensar que eramos nosotros las liendres. Se nos encendían las luces, y eso era que algo malo iba a pasar, algo podría suceder.
A menos una pequeña protesta al ver la alacena a medio usar y el otro medio comido por las cucarachas, esa era la parte con la que nos pretendían alimentar. Hasta que llegara nochebuena. Café frío por los rincones, escondidos, como bien preciado que era, pequeñas cacerola al vacío cerradas rellenas del preciado líquido, y miel, que nos auto abasteciamos sin medida alguna. Miel y café ocultos, por diferentes sitios como en una posguerra. Anoche el ruido, nos despertó a todos, por lo menos a los que tenemos la cabeza en su sitio, pero casi nadie se atrevió a levantarse de la cama. Permanecí junto a la puerta todo el tiempo que duro el problema y pude ver por el ventanuco todo lo que sucedía y, comprobar de paso, que la puerta sigue atrancada de madrugada, de forma que no podamos salir.
No me preocupa tanto que pudiera ocurrir una desgracia, que acabase con todos nosotros como lo poco que importamos y lo que desconfían de nosotros. Van a dejarnos siempre que puedan aquí hacinados. Llenos de comodidades enfermas, hasta que parezcamos lo suficientemente sumisos, y eso es imposible mientras tu y yo nos sigamos besando, mientras nos demos la mano en los mismos sitios donde se esconde café y, la misma clandestinidad, con la misma sensación de haber robado al mismísimo Satanás.
Has donado tus pensamientos a mi forma de ser. No hay excusa, que no dijeras que reniegue en mi de vez en cuando. Nuevas maneras de moverme. Enfrentarme a las cosas o, quedarme parado. En vez de chillar como un demente hasta saber de hacer o decir. Tus ojos pintan una nueva forma con la belleza, un poco más allá de ella. Oigo pasos que suben a través de la escalera, es supone que deberíamos de mantener la compostura. Tus palabras me mantienen relajado, me creo a mi mismo , en cuanto tu me creas y, mantengo la forma que te gustaría, firme.
Goteras en mi trabajo, mentiras apareadas, se niegan a salir, se suponía que a a partir del tercer día no se perdería en la desesperación y, no puede más. Esta inerte, para celebrar la fiesta de los difuntos, sin ningún tipo de confesión nueva. Tiene abierta en canal el alma y, de ello sale un hedor que le hace a uno vomitar, saltar, y mover la lengua ( no es nada personal, pero le dejaron para escoria ). Es lo único que sacaron de su declaración , que fue de todo menos limpia. Tiempo de juegos con cristales rotos, en mitad del pecho, antes que nadie supiera esterilizar el equipo y cayo en la cuenta, que el ayer es para nadie. Hoy cojo el aire a bocanadas, pienso en nuevas rosas, ¿ donde estarán tus pretendidas ?.
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