elcasodeandresitonadadotcom

         A deshora con el reloj roto

Con la taza de café a medias, me pregunto la hora, no siempre, más bien casi nunca, venia nadie a aconsejarme sobre la hora en que tenía que irme, mas bien si acaso a imponerme. No me recordó si quiera a cuando era un chiquillo y mi padre se alteraba por que era inadecuado en mis formas y horas de asistir al colegio, o con  las ovejas. Las tareas que  entonces no tenía ya se encargaba de inventarlas. No estaba de más echarle imaginación a la hora de inventarme excusas. En esos momento lo más socorrido era lo de darme media vuelta antes que llegara mas de una vez la mano abierta a mi cara, pese a que no levantara un palmo del suelo y me moviera como un bicho endiablado, las distancias las detectaba, a la hora de dar…

Ver la entrada original 333 palabras más

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s