Autobuses de vuelta
Redonda, se sabe
y me conoce,
después de unos días
intuyo
zapatos vacíos que no quieren conocer
a nadie.
Discursos sin luces,
platos inertes
mientras nos esperan
no somos nadie,
nos tenemos que aguantar a nosotros mismos
vivos.
II
Oigo los pasos,
el tintineo,
golpes sordos.
La muerte de la Princesa.
Las bolas de los billares que preguntan por tu ausencia
al parar
un eco seco. Aún me quieres,
y cojeas escondida, desesperada
en mitad de una mascara ( inconsciencia ).
Me abandono y vuelven los pasos mientras toses.
III
No me puedo quedar
en ningún centro
que me impida ser todo lo que significas,
me olvido y me atrofió casi por igual
hasta que suceden
las horas de las que me hablas,
de las que cuelgas ruidosa como resultado.
Canciones abiertas por la mitad ,una sola nuez en cada disparo.
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