Se nos hace pronto ( segunda parte )
Esperas en mitad de un pequeño abismo que no tienes muy claro para que era, ni siquiera a que se dedica. Juro que me amaba que nunca se iba a ir, que me esperaría todo el tiempo del mundo, y ahí estaba en el fondo de las tazas de té. Casi sin que fueras corrigiendo todos los pasos que creías dar en esta vida y salieron esta mañana alrededor de ti, a molestarte a preguntar si de verdad estabas, a comprobar tu soledad.
A Xoel le vinieron a buscar una mañana y no volvimos a saber de el, la mayoría de la gente cree que en realidad jamas termino la fiesta y, va de pueblo en pueblo, de jolgorio en jolgorio. Hasta que un día vuelva, aunque a mi me parece improbable. Aqui los festejos son pequeños y duran poco.
La vida es muy corta pero aquí los pesares se hacen muy largos. Hoy tendremos de comer el entierro de Don Damían, que me parece se puso el Don el mismo día del entierro igual que el traje, pues era carbonero y siempre llevo mono e iba tiznao, en la calle, en el campo, en el bar, por la casa la verdad poco se le veía.
Eso tenían en común Don Damián y Xoel, jamas se les caería la casa encima. Uno no entraba en el pueblo y otro jamas salía ( de echo le espantaba la idea ) pero los dos compañeros de cañas y vino, de echo alguna vez coincidieron. Ahora seguramente se añoraran los dos aunque no lo dijera ninguno.
Todo queda lejos cuando uno no quiere acordarse, cuando todo se lía a pesar de tener la posibilidad de desenredarse. Pero apenas tuvo guardamos la muestra para decir que la tuvimos, mientras nuestras manos quedan llenas de lodo. De un olor parecido al fracaso, que no es más ni menos que el tiempo escurrido, posibilidades de plástico teñidas de oro.
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