Caras en el suelo
Bolsas que bailan con el aire y la sensación equivocada que falta algo por hacer, tal vez sea simplemente que lo que realizábamos no es suficientemente bueno. Que el resultado puede ser nefasto me atrona la cabeza. Da igual lo que podamos sacar en cada sitio, pero la idea de no sacar el mayor partido me descoloca. Se supone que estudiamos para ello, y no contentos con eso, conseguimos las mejores notas. Es ahora en la parte práctica cuando debemos demostrarlo. La vida es complicada y es en este momento cuando debemos demostrarlo. La vida es siempre complicada y hay que saber dar los pasos.
Piensas que nada puede romperse o reventarse y en realidad, llevas un aviso desde que conoces el significado de las palabras. En realidad es más fácil, todo en llamas, los minutos pasados arden y solo quedan los que han de venir, así que debemos mostrar las cartas en todo momento, dejando los ases y los comodines para es instante preciso, un ahora que se acerca. Las muecas que se forman en las sombras distorsionadas, te devuelven el habla con toda la consciencia del mundo, te regresas.
Hace tiempo que creías que mentir a la suerte era cosa tuya.Lo único que te queda es jugar cada carta en ese momento, en la realidad de cada instante, no mentirte al volverte a mostrar y asegurarte los dientes a cara perro. En ese momento tal y como sea el paso de los segundos. Las sonrisas se escapan y me piden tus besos, se que es imposible darme cuenta pero la diferencia de estos momentos de la vida de otros que se me quiso pedir la cuenta por adelantado, en los que los puestos de peaje me dejaron la sangre envenenada y la cara tan pálida que nadie era capaz de diferenciarme con el muerto que llevaba camino de ser.
Ahora entro en calor al oír tu nombre, ahora que me ves imposible. No quería agarrar cualquier cuerda que me prometiera salvar el mínimo de vida aunque tuviese forma de soga. Oigo silbar entre los arbustos y las ramas secas mi nombre, todos los fallos que en esta vida fui capaz de cometer, todos seguidos. Puede ser por eso que tengo la sensación de que algo se me escapa de las manos. Algo se mueve en mi interior. No puedo controlar aquello que no paraba de decirme que todo estaba mal, se que algo se nos olvidaba y, no iba a ser yo precisamente quien iba a pagar el pato.
Todas las noches hay alguien que nos observa esperando, a que por fin metamos la pata y, nos salgamos de padre. Es difícil decirte todo de seguido lo que quedria comentarte, lo que siento, al fin y al cabo nada. Hasta que veo ese pequeño punto rojo sobre mi camisa, se desliza sobre mi pecho, y adivino alguno sobre mi frente. Dejo de pensar. Alguien me vuela. Alguien como yo no vuelve a ser primigenio.
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