Témpanos de hielo humificado
Escribir poesía
es escribir de lo que desconozco
preguntarte a ti.
Cazar gamusinos
seguir pendiente
de ti.
Cafés y absenta , roto una vez más.
trozo dentro de una bragueta,
algún día
recordar
paseos inacabados
gente que dedicaba a ver noches
en las que callamos, tiemblo al pensar en ti.
II
Día cansado y turbio
lo que quieras escribir se escapa,
entre unos minutos cansados de nada.
Jarrones huecos, papeles llenos de agua,
reflejos de ahogados donde nadie se esconde ,
las imágenes fortuitas rotando molidas.
En un principio la luna
más hondas sus esquinas y,
en un último segundo tu vestida de blanco
hipnotizando tus huellas y las mias
ya no distingo final ni parecido .
III
No escribo
mirando por la ventana
los días impares atragantándose los cuadros,
no entiendo los nuevos colores,
ellos a mi si y, me llaman y
me despiertan como un puñal cada mañana.
Vuelvo otro día
siempre persigo.
Ellos no lo saben o lo ignoran,
me acompañan mudos en el suelo. Ha de venir.
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