Me quede a la mitad (segunda parte)
Colgado como el agua de la fuente y luego vuelve a caer para escuchar los deseos de los dementes que como yo, creen que algo se puede hacer por estar junto a ti. Me he cortado las manos y las he dejado en tu casa , si como con eso consigo abrazarte me daré por feliz. Y ahora voy de barra en barra jugando a los naipes, esperando a los ases, los que traigo debajo de la manga, ya rancios y resabiados. Me cuentan las trampas que debí de hacer antes de ayer para conseguir no terminar tan separado de lo que creía querer.
Y amanece un nuevo día, medio dormido me encuentro tu nuevo número en el contestador, una llamada perdida, obsoleta de hace ya años que me negué a borrar por si otra la hacia compañía. Una revista de la misma época mirándola a los ojos para que no se pierda. Ahogados en un cubito de hielo de la copa que me tomo para celebrarlo.
En mi puerta que falta el felpudo y picaporte, me encuentro tus botas , seguidas de ti, un último beso, con sabor a borracho. Las últimas frases no se me dan nada mal , empezar por un mal camino para gente como yo, así que a mitad del hostal implacable volviste a besar al envoltorio que yo usaba como cuerpo. A la promesa que te hice de no dejar de escribir donde quiera que estuvieras largas cartas de amor . Estuvieras donde estuvieras mi pluma sabia a Tu.
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