Calor ajeno
Te extraño desde hace hace mucho tiempo, soy incapaz de precisar cuanto. Si se que el día que me di cuenta se me empezó a volver un poco imposible, al pasar 24 horas del día sin ti. Comencé a tirar de mis antiguos vicios, de esos que de niño me hicieron un pendejo cobarde, no más. No era fácil retarmé a mi mismo a reconocer que era casi esquizoide. La idea que me faltaba y me iba rebozando por las esquinas que encontraba sucias. A ver qué enfermedad conseguía traerme a casa y, así encontrar una excusa para encontrar un final. Una caducidad a un dolor que se me estaba volviendo insoportable o incapaz de gestionar.
Historias que contaba, y cuando ponía postura vertical me surgía una bilis que me remordía toda la garganta y la conciencia consiguiendo que hirviera de una forma que solo podía encontrar final en las mentiras de los bares y el bicarbonato. Engañaba a las horas con las luces de neón y los farolillos de colores hasta que caía y los remordimientos y las pesadillas me repetían tu nombre durante la mañana, que me obligaba a dormir y repetir cada letra de tu onomástica. Y con ella una poesía nueva que me dejaba el hígado en carne viva.Un futuro «Prometeo» de colores en blanco y negro. Incapaz de dar dos pasos seguidos en linea recta si no era por ti.
Volvieron los días y las noches funestas, incapaz de tener la luz de un faro sobre la almohada. Cada día faltaba una letra nueva en mí máquina de escribir, y tuve que inventarme una forma nueva de echarte de menos. Escribirte canciones cuando nadie me miraba, y nadie secuestraba cada uno de mis lapiceros y los sacaba punto por mi. Existen relojes parados cuando se trata de hablar de tu persona en habitaciones cerradas que solo yo conozco. Tengo películas prestadas que jamas me van a devolver.Se que me querías a tu manera y, me decías que si para que no me acordara de pedirle al viento que me besarás, cuando terminaran las funciones que te dedicaba a ti.
Me pierdo en los cuadros, fotografías que se alejan , se que has sido tu quien me ha devuelto esa sonrisa canalla, que se a ido, sin mirar atrás. Te debo algo más que la bolsa y las vidas de las que disfrute. La forma perdida de no quedarme en los atracos y los funerales. De ti ya no se sabe nada, ni nadie. De ti no me atrevo a preguntar. Se que no es en vano dejarme caer por tus calles,que haga lo que haga o diga lo que diga o se me venga en gana. Ladré al perro que ladré, solo me queda olvidar. Estés donde estés. Mires donde mires, aún te queda un lucero, no dudes que en cualquier calle , cualquier ladronzuelo, llevan el nombre de este duende cobarde, que te quiere y te cubre. A pesar de quien te bese, a pesar de quien te quiera amenazar.
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