Lamparas apagadas
La hiel en el paladar, ese agrio que se te pega y es imposible de quitarlo con nada. Degustando los caramelos que te lanza la vida, o recordándote que se te puede estropear en cualquier momento. De saber caducado lo que antes te servía pero ahora no vale para nada. Obsoleto como tu mente que intenta algo que ni siquiera vale en el momento que se te ocurrió por muy voraz y majestuosa que creyeras la idea. Válida si, pero para ocupar la papelera. Destrozándonos los nudillos en el making off de una vida ajena. Huyen los discursos que nos atrapan en los lugares más recónditos de algo que nos va a transportar al peor de los lugares. Donde tan solo seremos un mal recuerdo de una noche que se quiere olvidar de una vez por todas.
Un click que se estropeo entre los tiempos, de la tubería rota de recuerdos de otros que no saben nuestro nombre. No nos coinciden las fechas. Y las sillas desocupadas nos ponen en alerta de la gente que nos espera. Fumando fuera, comiendo sus caramelos y hablando banalidades que a ellos si les importan. Me rompo la nuez contra una piscina vacía. Me tratan como una fotocopia de una vida ya vivida que se estropeo con la niebla, que tal vez vieron el final en una serie de televisión y no les interesa. Yo sigo comportándome como siempre, igual. Papelera que arden en la ciudad, no puedo considerarme responsable de todo, pero si de llamarte la atención los días impares y rojos del calendario, con mi mechero, y mis ganas de gritar de acera a acera.
Botellas y frascos de dolor. Calmantes para caballos. Donde había un tu y yo ahora filmes, y cines incinerados. No paro en las calles y callejones. Urinarios en los que establezco una parada necesaria. Incendian un rato las paredes, ahogar las penas de mis acompañantes en su peor rato hasta que conciban que la vida es un infierno, y nosotros ángeles que venimos a celebrarlo. Me siento aturdido y por ello brindo, no paso más de una hora sin vaciar el contenido de algo amargo sobre el gaznate y obligar a mis compañeros que atraviesen a cuatro patas «las diapositivas de su vida», hasta humedecer mi lengua y verse hartos de lo perros que son.
Traumas no solucionados. Oscuridad inmensa sobre la cama. Ahora toca hacer los deberes con bebidas azules y chalecos de corazones negros pintados. No volveremos a oler a limpio, sudamos y dejamos sobre las sabanas todo el ADN y fluidos de los atormentados , solucionamos problemas. Somos bestias. Pájaros de la ira y el subconsciente. Si algo no nos gusta lo cambiamos. Misioneros hedonistas compartiendo besos y sishas.
Un comentario en “”