Canciones repetidas que no sabemos de quien son. Dan vueltas una y otra vez. Me pregunto por ti. Ahora que estas tan lejos que no me puedes escribir. Debería de saber algunas verdades pero me aferr…
Origen: Moho en el pan
Canciones repetidas que no sabemos de quien son. Dan vueltas una y otra vez. Me pregunto por ti. Ahora que estas tan lejos que no me puedes escribir. Debería de saber algunas verdades pero me aferr…
Origen: Moho en el pan
Se repite la escena, y los tonos inmaculados. Tengo con quien conversar sobre todo lo que ocurre. Podría echarle imaginación y además añadir alguna escena grotesca, pero me puede el cansancio. Esto…
Origen: Lo de todos los días
Sueño verdades. Que tu ya no me quieres y me pierdo. Todo en el mismo instante. Deseo quedarme en la cama mucho tiempo más. Y no paras de contarme el futuro. Como si me interesara. Mis oídos indefe…
Origen: Guitarras afinadas
En mitad de la habitación, con un colchón tirado por el suelo. Suena una banda de música. Tan solo un grupo de cuerda. Que no para de atormentar mis peores sueños. Necesito levantarme. Me faltan ga…
Origen: Sentado en frente
En mitad de la habitación, con un colchón tirado por el suelo. Suena una banda de música. Tan solo un grupo de cuerda. Que no para de atormentar mis peores sueños. Necesito levantarme. Me faltan ganas, y no queda más que un vago recuerdo de ti. En ese momento pienso que prefiero que tengas un bonito pasado. Cada vez que mires atrás. Tumbada en tu poltrona particular. Te venga algo al paladar de color dulce. No se me ocurre nada peor que un rato parado mientras tu pasado se enquista en la garganta. Lo que eras se te va a punzar en las amígdalas, prefiero duermas tranquila.
Ultimamente amanezco temprano. No puedo volver a la cama hasta bien llegada la madrugada que me exige cansancio. De mi mismo y los misereres que acompañan las calles por las que naufragio. Termino todos los libros que deje a medias y tengo que aguantar una voz que me dice al oído «aburres a los clientes». Suficiente tengo con presentarme cada día a ente obsoleto invento que es la vida. Procuro sacar un ratito para mi auto lesión y castigarme un poco. Echándole un poco de imaginación y querencia al asunto para ver sale de tanta tontería.
Mi último invento es romper todas las promesas que hice al resto de la gente a la que quería. Escribiré con una pluma cara en la frente lo payaso que soy, no perder ni un solo segundo y no perder ni un solo segundo en demostrar a nadie lo contrario. Vaya a ser que crea que valgo la pena. Vivo como si me conociera perfectamente, pero en otra época. Las promesas que me hice a mi mismo, me toca hacerlas pedorretas la semana que viene. Para entonces estaré preparado. Creo que seré lo suficientemente imbécil como para no dejar nada a capricho de este mundo. Y mi moral extirpada podrá ponerse cara a la pared castigada.
Fotos a oscuras donde no se ve nada, solo pequeñas luces, y sin embargo allí estamos todos. Por ese camino va mi conciencia. He derretido mi sesera. En un principio no quería que vieras en que me he convertido. Ahora presumo. Me paseo con aire pintón. Dándole la mano a las ancianas. Ofreciéndoles mi brazo para que crucen de acera en acera. Saludando a los vecinos por las escaleras. En las cuales me he meado hacé media hora. Pierdo el tiempo y señalo a la gente con el dedo.
Electrocutar gente y hacer trampas a las cartas para que ganen los borrachos y monten en cólera las personas más salvajes de los bares. No saco mucho, mas que buenas peleas entre beodos que se juran odio eterno. Que dura un par de sol sombras, y no recuerdan donde pusieron las llaves que robo y tiro a las alcantarillas. Se que no da para mucho pero odio, y me entretiene ahogar a gente en su propia mierda. Ya no soy bueno. Ya era que te fueras igual que de casa, de mi cabeza.
Voces que cambian. Lleno de orines propios. Los ajenos solo nos ocupan las narices. Esa ventaja hay que reconocerla. Suenan los huesos, posiblemente ya cansados de hacer lo menos posible. La luz de…
Origen: Entradas peligrosas
Voces que cambian. Lleno de orines propios. Los ajenos solo nos ocupan las narices. Esa ventaja hay que reconocerla. Suenan los huesos, posiblemente ya cansados de hacer lo menos posible. La luz de la mañana encendida, también la del flexo. Que me da en la cara. Me interrogo yo mismo. Para que vine si al fin y al cabo me reconozco culpable, de todo lo que quieras acusarme. Los temblores no son cosa mía. Un añadido que le da más verosimilidad a la vida. A todo lo que ocurre. Me dejan sin un gramo de fuerza.
Empiezo a evitarme por las mañanas. Cuando reconozco que soy alguien que esta construyendo algo. Tan poquito a poco, que deshago. Con tantas direcciones que no reconozco la mía propia. La basura no se tira solo, y no soy capaz de encontrarla en esta habitación diáfana. Sumado a mis efluvios y olvidos posiblemente mañana pasaré a formar parte de ella. Tampoco me preocupa, para entonces seré la obligación de otro. Aunque seré yo quien se esconda por las esquinas mentirosas. Las narices tan taponadas que respiro por la boca como un pez. Que se ahoga, cogiendo bocanadas de esperanza , luchando por conservar las agallas.
Siento cierta simpatía por los vasos vacíos de la habitación. Me imagino, que algo tuvo que suceder. En algún momento, algún evento. Alguien tuvo que beber su contenido y dar vueltas como una peonza, y retroceder sobre si mismo, hasta depositarlo sobre la mesa donde se encuentra. Ya no le queda ni historias que contar. El hielo fundido y el fondo sucio es un vago recuerdo del momento cúspide del que fueron testigos. Donde fueron reverenciados. Ahora se limitan a recordar mientras los demás olvidan.
Tardes grises que son las mejores. En las que se regalan rosas. Bocanadas de humo por encima de nuestras cabezas. Presagiando lo peor para todos. Nosotros contentos a pesar de ello. Somo capaces de revolvernos como rabos de lagartijas. Sin ahogarnos en una piscina. Nos beberíamos todo el licor si fuéramos un lagarto chino y retaríamos a todos los comensales. Uno por uno. No se puede atrapar a un ser con derecho a ciudadano deshecho en heridas, y menos a nosotros. En construcción continua. Cada palabra, cada registro de voz, nos sirve de ladrillo.
Para que?. No lo sabemos. Pero tampoco dejaremos que nos vendan desnudos en mitad de una plaza, encerrados en una jaula, mientras nos insultan con unas orejas de burro. Todas las noches anuncian tormentas. Detrás de las nubes, nos quedamos a mirar las estrellas, constelaciones, Tu y yo, lo convertimos en una sola palabra.Que escuece como las sal y el limón. Una sola bajo el agua, sobre la tierra, etérea. Tu y yo en todos los lados. Soberana palabra. Una sola respuesta.