En ocasiones era incapaz de saciar una teoría o una simple conclusión yo mismo, lo que intentaba en esos momentos era acercarme a alguien que tuviese la cabeza más fría que yo. Ella era la idónea, se pasaba la vida escuchando a la gente en la barra de aquel bar, y por ello también había quien pensaba que era una pobre chica sin ningún tipo de estatus, ni gusto. Algo que no se molestaba en desmentir, ni en demostrar. Era bastante más inteligente que todo eso. LLevaba años regentando su propio negocio. Donde muchos solo eran capaces de ver buenas tetas ( y en realidad las tenia ) existía una chica que con tan solo 22 años, tenia su propio local. La carrera de Filología Inglesa y la de Bellas Artes.

Eso la permitía un gusto por lo exquisito que se transformaba por cualquier cosa que tocaba, o poseía. En todo ello, crecía la belleza, no solo estética, si no moral. Se presentaba a todo el mundo como una vulgar camarerucha, que había fracasado en el difícil mundo artístico. Cuando en realidad era una interprete consumada en un grupo de teatro que a decir verdad era ella quien mantenía y dirigía. Todo tipo de obras salían de aquel grupo de amateurs que ya eran llamados por todos los teatros de la zona para poder contar con sus actuaciones y empezaba a ganar lo suficiente como para autoabastecerse.

Su facilidad con las palabras y como se movía entre ellas podía hacer parecer que era amante de algún tipo de lenguaje, con el que tenía un sórdido tipo de trato. A decir verdad oírla recitar su propia poesía era algo que te dejaba esa pequeña espina en el corazón. Un arpón clavado para momentos posteriores. Pero allí ella tan solo era una camarera de pechos grandes y camiseta pequeña. Hotter´s al más puro estilo americano.

Soy incapaz de recordar todos los versos o poetas que he perseguido  por las calles, como una epifanía exacta, que iluminaria mi vida. Mas bien, solía salir con una voz que la podía reconocer Jack Daniel´s como el simbolo de Batman por toda Gotham City. Tampoco puedo decir que fuera tiempo perdido, o que no deseeara haber estado en aquellos recitales, pues si aprendí cosas, saque buenos amigos. Gente que tarde o temprano cargo con mis mudanzas anímicas o más formales.

Cuando el tiempo no te adula y debes salir corriendo de un sitio a otro sin que te descubran tus propias sombras. Con el hambre que tienen. Ellas saben que tienes la voz partida durante la mayoría del tiempo. Y que en esos momentos tienen el poder de expresarse a gritos, y no ocultarse para decirte sin mayor oposición que no es plata lo que te asoma por los lados de la cabeza. Si no pelo lacio, una flacidez mental y física que te va a acompañar el resto de los años que te quedan de vida si es que lo deseas. Si no te quedan los puentes, los viaductos, las cobardes pistolas. No ser más que el nombre de una avenida. Pasos.