Dando vueltas por el mismo sitio. Volviendo al punto de partida. Andando por el medio. Disfrutando y avergonzándome de las colonias. Zonas apátridas de las que no existe un lugar exacto. Puntos de partida en los que nadie se conoce. Rostros que nos suenan igual de perdidos. Sueños atrasados de noches deambulando. Días en blanco. No saber que hacer. Perfumes indetectables que nos definen. Cafeína y sueños premonitorios. Todos terminamos igual. Bajo tierra. Avergonzados por no terminar todas las promesas que nos hicimos. Cambiando el semblante después de la extrema unción. Tras confesarnos culpables ante nuestros propios recuerdos.
Mal fario y peor olor. Algo se nos esta pudriendo por dentro. Comida pasada para el resto. Horas en punto con la verdad alicaída. Una mentira que se hace frente con una sonrisa de medio lado y los dientes a punto de caerse por una enfermedad inventada por cualquier médico. Me encuentro bien si no fuera por que ya tengo pronosticada un muerte a 60 días vista, como un pagaré. Dudo que me vaya hacer cargo. Hace tiempo que mi vena de moroso salio a flote y dobla cada esquina con u maletín lleno de las esperanzas del resto. Como si eso fuera a salvar a cualquiera.
Dando el pego. Contrastes en mi cuerpo. Rotuladores que marcan mis costillas. Apenas entiendo todo lo que debo. No pienso hacerme cargo. Ni siquiera creo que me llegue la hora de protestar, será mi herencia. Patrones repetitivos y una piel flácida con la que alguien tendrá que cargar hasta el crematorio. Una luz ultravioleta que atraviesa mi cuerpo. Para que se pueda observar bien toda la magnitud de mis fechorías. Fueron tantas que tuve que perder la libreta en las que las apunte. Donde llevaba una cuenta exhaustiva. Se lleno tan rápido que tuve que abandonarla a su suerte.
Que fuesen el resto quienes recordaran el sin fin de pecados contra la honestidad que llevaba a cabo. Detalles escabrosos en vasos que previamente me preocupaba con énfasis en dejar huecos, para que solo cupiera el eco de lo que contenían. Una verdad muy grande o la doblez de lo que me proponía. Se saltan los plomos cada dos por tres. Creo que es la caldera, se empeña en que me cure a base de duchas frías. Y yo estoy seguro de solo podré conseguirlo a base de presentarme delante de tu cuerpo frío y desnudo.
Después de conocer el frío. Y abrazarnos juntos. Devolver a cada uno de nosotros la furia animal que conocemos. La miel del oso, y encontrar los finales a los laberintos que desde niños conocemos. Soñar con volver a encontrarnos en otro momento diferente a este. Revolver en dispares posturas y lugares.
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