Cambio de salida cada semana, una manía que para lo único que sirve es para satisfacer mis ansias. Mis nervios que no son más que desasosiegos vacíos que no me dejan pensar, y agarrotan mis dedos y globos oculares. Sentado en algo que no para de molestar. No puedo centrarme en algo solo. Te empeñas en arreglar las cosas a besos, y yo no paro de oír en mi cabeza de que aveces solo con amor no basta, no se salva a una pareja. Descreído totalmente, sin embargo, mi cuerpo es todo lo que te puedo dar.

Día a día luchando con la brevedad posible en cualquier lado. Me pesan las dudas con las que vives. Cuando te encierras, y no eres capaz de ser tu misma y tienes que encender la radio para que te cuente lo que no entiende ya nadie. Hay perdonas que harían lo que hiciera falta para demostrarse a si mismas y a esa persona en la que piensan cuando se encuentran a si mismas en cualquier lado, excepto a su lado. Lejos. Metidos en su memoria. Como en un reflejo. Me tengo oblicuo y tu me entiendes como ni yo me entiendo.

Nos empezamos a convertir en trozos de papel, que no discuten entre si, tan solo son capaces de estar enfrentados, son ningún tipo de pasión. Te necesito viva y comerte a besos, notar tu cuerpo junto al mio, cambiarnos la temperatura. No soy capaz de concentrarme ni escribirte sin eso. Soy las cartas que te escribía. Tengo frío y debería sentirme bien, contarte los porques . Como puedo saber de ti la mayoría de las cosas. Me impido contarme a mi mismo las mismas mentiras. Con las que tus caricias no tendrían el más mínimo valor.

Te quedabas mirando al borde del precipicio y te empujaba por mero distraimiento. Pasaba el hielo por los costados o por lo menos así lo sentía. Solo era capaz de remediarlo volviéndome a dejar caer. Me sostenías con tu pensamiento, y fue hoy, cuando descubrimos como nos podíamos quedar suspendidos. Nuestro propio lenguaje. Por fin lo comprendiste y mis pensamientos quedaron obsoletos. Lo que era hacer algo el uno por el otro, necesitabas sentir esos, y yo no sabía exactamente donde podía quedarme deshecho, hiciera lo que hiciese, me quedaba colgado. Como una bola en el árbol de navidad de otro año, colocado fuera de tiempo. Intentando disimular.

Descongelado como una diapositiva, puesta al tras luz. Que se quema y se queda sin historia que contar. Desde lejos, tengo algo en medio entre la garganta, y me duele. No me permite respirar y se queda atrancada. Demasiado bonita quiero decirte, que fueras lo único en mi existencia. Que ni siquiera  sabe en que parte de un punto inexacto de una equivocación más o menos fue certera. Poética e incertidumbre. Manos con goteras. Lo que se fabrico un artesano de penas, para pasar las noches en vela….Juntos a pesar.