De colores fantásticos, confundido entre ellos. Las tonalidades que desentonan unas con otras y vienen a buscarte como un regalo fuera de fecha. Un presente no deseado, como una noche de otra, llena de lluvia, rayos y estrellas. Fuera del polo. En un sitio innatural, y más largo. Lo que no se contiene a partes pegadas del paladar y se queda frío, cubierto y denso. Como una niebla espesa que no dejamos, que nos alumbra. Preferimos permanecer en este estado turbio ante de volver a rozar cualquier zona caliente. Que a pesar de su tacto dulce nos quema heridos.

Debemos de viajar. Pensando en las costras de nuestro pasado y queremos darnos cuenta que nos toca el hombro y, esta es una realidad irrefutable de sonrisa inconfundible. Capaz de darte la mano a pesar de no saber nada. Las marcas y los carteles te avisan de algo, pero a estas horas mentirte no extraña ningún placer ni entraña penas. Escalinatas desde las que nunca he visto subir a nadie, con suerte permanecer sentado amodorrado o intentando colgarse de las paredes. Con suerte calculando algún tipo de paso en falso. y darlo para terminar mirando entre las aristas de cualquier otro pedrusco. Con no otra intención de escribir lápidas con su propio nombre, y faltas de ortografía , y algún culpable o inocente que recordar si acaso.

Vueltas y sombras son capaces de aclarar más que cualquier mapa o miguitas de pan si el paseo se realiza si no con gusto con la decisión y la obligación de tener que estar de vuelta en algún momento , lo cual no siempre es seguro, ni lo que sucede. Las ventanas abiertas por las noches dejan entran y salir demasiadas cosas, empieza a darme igual si son buenas o malas. Al fin si estaban allí sera por algo. Posar las mano sobre la mesilla y encontrar relojes atrasados o cianuro no es gran problema, tan solo un pequeño aviso de lo que nos espera en el día. Y este puede ser muy largo.

Los cambios de estación e incluso de hora  te cambian los huesos, e incluso sabes de sobra cuando vas a dar un tropiezo pero nunca nada es por que si. Así que lo que queda es disfrutarlo de la mejor manera. Que sea de la manera más agradable, y ni siquiera nosotros lo entendamos. Este nuevo viaje no era épico ni se ganaran grandes batallas, se realiza y punto. Y en ese mismo momento empezará a decaer el fallo. Cuando no piensas parece que no haces. Toda senda implica una responsabilidad y, aunque nos cueste admitirlo como todo elemento que encontramos. Un pequeño salto que retumba entre los pasos que damos unos detrás de otros.

Observando cualquier cosa que pudiera pasar por la ventana y sin embargo sigue de sobra dentro de nuestro cuarto, se a dado la vuelta, e intenta llamar desde fuera, Aunque solo sea para avisar al resto, inconcluso de color, de un gris que se queda incrustado en el suelo, de luces que varían. Aun notas la lluvia en los hombros pintándote la cara, los hombros más pesado por una humedad que limpia, una soledad que no existe. Mires donde mires puedes encontrar cristales enojados con ellos mismos, hasta divisar en el final de ellos miles de sombras con una pequeña luz, dispuesta a todo.

Tumbado en cada trozo de calle, volviendo los adoquines del revés, haciendo crecer en la tierra hierva seca, con sabor a flores nuevas. Todo parece permanecer en el mismo sitio cuando me guiñas los ojos, ( 1,2,3… al escondite ingles).