¿Donde se agarran los sueños que no se cumplen?. Se nos caen como paredes que nos aplastan. Los recuerdos en el paladar exprimiéndose contra el presente. Hay sabores que nunca deberíamos experimentar. Tintinean en nuestras orejas los sonidos del pasado. Invernaderos de lo pretérito. Me arrastro y me resulta difícil de distinguir lo que quiero de lo que puedo. No quedan lágrimas para lo ocurrido. Pierdo todas las veces contra mí. Tengo el pelo sucio y retumban contra mis oídos las viejas palabras ya gastadas que nos dijimos. Ya nada importa. Todo se repite de la misma forma, hasta que nos quedamos en la postura fetal que nos vio nacer y llorar.