Cada mañana al despertar una nueva vida. Cambiando de propósitos a cada segundo. Inventándonos una forma de sacar la cabeza del lodo. Y dejando que nuestros pies se hundan en la mierda. Creímos que teníamos derecho y apuramos hasta el último suspiro para conseguir nuestras metas. Todas ellas acabaron engullidas por el peor de los desastres que nos podían ocurrir. El silencio fue todo lo que quedo transformando los susurros en gritos y después en soledad, que no deja de tocar todo aquello que conocemos. El peor de los lugares se nos presenta de repente y en el que nos hemos quedado a vivir.

Las semillas crecen oblicuas y de un modo oscuro, parece que solo dieran paso a arboles donde ser colgados. Y las voces de los niños lo único que saben decir son oraciones para ahuyentar a los muertos, que bailan alrededor nuestro sin ningún tipo de de pudor. No encuentro mensajes salvadores en mis sueños, tan solo la idea certera que todo tiene un fin, y este esta lejos de ser benévolo y misericorde. Aguantamos sobre la cuerda floja.

Sin un mínimo de esperanza comienza el nuevo amanecer, parece que no nos creyera. Ya no le queda fe. Una melodía que desafina y nos mira a los ojos, desafiándonos . Nada nos recuerda y sin embargo en nuestra mente permanecen miles de naufragios. Debí de contarme mil mentiras ante de permanecer callado. Ahora se vuelve en mi contra y los espejos son incapaces de devolverme la mirada por pura verguenza. Me detengo y pronuncio tu nombre, algo se abre por dentro. Alguien me dijo que te irías por siempre y desde entonces no me sujetan las manos. Pudriéndose las entrañas mientras doy un paso atrás, y mi alrededor se torna oscuro.

Sacrificios que no tienen un por que, pero se vuelven necesarios para mantenernos de pie. Dándonos asco a nosotros mismos. Prefiero no recordarme y me rajo con un cristal para ver como me desangro, y todo se torna de un color opaco. Nada debió salir como planeamos, y se revuelve contra nosotros, que tirados en una cama somos incapaces de dar con una solución. Todo se nos muere en dos o tres días, y parece que quisiéramos olvidar. Pero se nos clava en el pecho. Y al quitar la herida y beber vinagre, te puedo ver. Eres lo que queda al fin. Escupir y empezar. Lo único por lo que luchar.
