Twist
El vaso volcado a medio arder. Las cuestión se volteban sobre si mismas, tardaban poco en ir de un lado a otro, y se llevaba la mar a la lucidez fingida de días anteriores. Amenazaba bajos sus propios asientos mirando frente a todo el que se agachada y preguntaba por que ese día podía ser el último. Es fácil imaginarse como un héroe, pero mayoritariamente se hechaban a llorar, se ahogaban antes de que el problema pudiera ser resuelto, no significaba cobardía si no ser persona. En mi experiencia particular confieso sentirme molesto. Nadie iria a tender la colada que quedaría hecha unos ciscos, por no hablar de los niños ( que le cargen a otro ese muerto, que se le va hacer ). Esos pequeños cabrxxes se van a comer mi pesto casero, que he preparado para la pasta de esta noche, y yo me quedo difunto y con la barriga vàcia. Con la mano en el pecho y para ser sincero, esto último me llegaba al alma.
Si es que además de ser unos pequeños gandules preadolescescentes que son incapaces de hacer caso a una voz que no sea pregrabada ( movíl , máquina de tabaco, videoconsola ), se quedarían a cenar hasta las tantas , vertir el pesto sobre cualquier pizza encargada a última hora con el dinero del viejo, y llegar a las tantas a la cafetería del tanatorio, a pedir unos lingotaz0s imposibles. Esos que nunca has probado, con la excusa del corazoncito dolorido, que ha fallecido mi padre.
Si no salgo de esta, creo que es no difícil con lo que tengo pegado al culo, prometerme Señor que es lo primero que les pondrán de aperitivo, » Tranquilos chicos que hay torreznos recientes, bien doraditos». No se puede estar en todos los sitios, pero esta fiesta son de las que no me gustaría perderme, verlos contentos , en medio de todo el sarao.
Justo antes del amanecer, alli todos en esa sala tomando cafe y pastas. ! Que bueno que era aunfque no me dejara el coche!, ! Le queriamos más de lo que pudieramos nunca demostrale!. Claro panda, claro que soy bueno, si mi cartera parece un gran queso suizo, tiene más topos que un traje gitana y más gracia y arte que toda la feria de Sevilla. Y como te voy a dejar el coche, si el que esta de cuerpo presente es el que tiene que por favor tiene que pedirlo. Y por supuesto el depósito vacio cuando veniais de vuelta un favorcillo para que no pesara el coche.
La paga en céntimos de peseta, en billetes de mil lulas, y en otros en los que salía un señor que decía «que te calles «, que no es rey ni na, pero que caza elefantes. Ahora la pedís en Euros, y yo la vuelvo a contar en céntimos para contar la sopa que le pongo al «Maseratti» ( que es un Dacia maltrecho), que si no me deja tirao en el polígono. Cachondo, a ver si te quedas un rato más y ves algo abierto. Se llaman comercios, y de paso se trabaja.
-Yo paso que lo que trabajo es mi cerebro-,
– Pues nada, amen.
Alguien desconecta algo. Empiezo a tener la sensación de que me la han liado. Me preguntan por la colada. Voy directo, sin pensarmelo mucho, decidido. Valiente que es uno. Entro en la churreria pido chocolate para 5 con un poco de coñac y canela, varias porras y churros. Cuando entro lo dejo encima de la mesa. Si he pinchado. Espero a que se levanten y disfruten de lo bueno.
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